A 189 años de la primera epidemia de cólera en Chiapas
En las primeras décadas del siglo XIX, la recién República Mexicana padeció lo que sería la primera pandemia de cólera morbo de su historia, misma que tuvo gran impacto mundial y por supuesto, local.
En las primeras décadas del siglo XIX, la recién República Mexicana padeció lo que sería la primera pandemia de cólera morbo de su historia, misma que tuvo gran impacto mundial y por supuesto, local.
Jorge Alejandro Sánchez Flores
Cronista municipal de Tuxtla Gutiérrez
“Pero efectivamente, un nueve de noviembre de 1833 Tuxtla Gutiérrez se vio azotada, prácticamente, por el cólera morbos… es virulento, hasta la gente los llamaba “los apestados”, “la peste”, y causó mucha muerte en la población; que era una población pequeña, si estamos hablando de 1833, podemos imaginar que teníamos unos seis mil habitantes, tal vez.”
Fue precisamente la falta de información y el poco avance de la medicina que generó incertidumbre entre la población chiapaneca, que en su mayoría eran mestizos y zoques.
“Para esa época habían unos tres médicos, tal vez, y la mayor parte eran curanderos o brujos, que la gente los buscaba porque supuestamente los curaban, más que eran personas humildes, tenían esa creencia todavía de los ancestros y llegaban con estas personas que los iban a curar con algún brebaje…”
En vista de aquella amenazante circunstancia, el entonces gobernador Joaquín Miguel Gutiérrez dispuso una serie de prevenciones con el fin de enfrentar la epidemia.
Jorge Alejandro Sánchez Flores
Cronista municipal de Tuxtla Gutiérrez
“Pero en aquella época la mortandad fue mucha, y luego lo repitió al siguiente año y después también, bueno vino otra epidemia, que fue la viruela negra; y luego en 1917 la influenza española, o sea, son tipos de pandemias que hemos pasado muy difíciles…”
Tal y como se muestran en las imágenes que la biblioteca particular Sánchez- Jiménez nos comparte, el 28 de septiembre de 1833 se ordenó la creación de Juntas de Sanidad en todos los pueblos del estado, las cuales debían quedar integradas por los miembros de los ayuntamientos, el párroco del lugar y algunos vecinos.
“Y bueno, hubo en Tuxtla por ahí de 1833, precisamente, una junta de sanidad, que decía a los ciudadanos tuxtlecos cómo debían prepararse para tratar de evitar que entrara el cólera morbos a tu casa. Pues tenían que tener bien limpio y aseada la casa, encalarla incluso, bien ventilada, y te decían la manera de cómo poder curarla, pues, aunque no había propiamente una cura para eso, ¿no?”
En los casos de fallecimiento por cólera, se enterraban los cuerpos en cementerios ubicados en las afueras de los poblados, en caso de Tuxtla hasta lo que hoy conocemos como el barrio de Santa Cruz.