Se da a finales de de enero y durante todo el mes de febrero, también la llaman ‘mataratón’; suele degustarse en tamales y otros exquisitos platillos.
Carolina Castillo
Tuxtla Gutiérrez.- Se puede deshidratar a la sombra o congelarla para que se conserve y pueda usarse en cualquier época del año. Con agua caliente se puede re hidratar para así cocinarla, es la flor de cuchunuc, la más preciada en esta época del año de la gastronomía tuxtleca.
“El principal uso es comestible, la plantita se usa dentro de nuestras tradiciones para curar de espanto, la llaman “mata ratón”, las hojitas las usan para curar. Ahora, las florecitas en particular es lo que se consume y que también lo usan en algunos lugares como forraje de ganado por su gran contenido de proteínas”, dijo la maestra e investigadora de cocina tradicional, Lucero Aguilar Paredes.
Se da a finales de de enero y durante todo el mes de febrero; suele degustarse en tamalitos, que es lo más tradicional pero, también se puede emplear en muchas otras recetas por lo que es primordial realizar un correcto proceso de cocción, de preferencia dar antes dos o tres hervores, debido al cierto grado de toxicidad que tiene el tallo de la planta.
“Hay muchísimas recetas, yo creo que el único limitante es la imaginación de la cocinera, de la comidera. Yo elaboro chiles rellenos, por ejemplo, en lugar de picadillo de carne lo hago de flor de cuchunuc con todos sus ingredientes, tal cual, exquisitos. Hacemos taquitos, empanadas, hacemos en escabeche, la hacemos en tinga, en ensalada, la hacemos en atole”, agregó.
Otra receta muy interesante es la de los tamales de dulce del manjar de cuchunuc y el atole que suele ser lo que más disfrutan de las recetas de esta flor y que la maestra e investigadora nos comparte:
“Tenemos la flor de cuchunuc que la deshidratamos y luego ya que está deshidratada, la doramos en un comalito para poderla moler y la enriquecemos con semillas de girasol, ajonjolí y de cacahuate. Y entonces queda un atole delicioso y muy nutritivo.”