Rubí Zúñiga.
Tuxtla Gutiérrez.- Desde las primeras horas los fieles católicos de Tuxtla Gutiérrez se dieron cita en la catedral de San Marcos para participar en el miércoles de ceniza, rito que por la pandemia de Covid-19 tuvo que ser diferente.
Y es que a petición del vaticano este año los sacerdotes no marcaron la frente de los fieles con la cruz de ceniza, sino que dejaron caer las cenizas en la cabeza de los católicos.
Además con el aval de las autoridades eclesiásticas repartieron bolsitas con ceniza e invitaron a seguir la celebración de forma virtual, tal como lo han hecho desde el inicio de la pandemia.
La imposición de las cenizas se realizó bajo los lineamientos de salud, pues a la entrada del recinto los ministros tomaron la temperatura, pusieron gel antibacterial y se cercioraron que los fieles portaran cubreboca y pasaran por el tapete sanitizante.
“Seguimos las disposiciones de la Secretaría de Salud para que el recinto sea un lugar seguro. Solo se permitió el ingreso de 100 personas por misa, para que en las butacas solo hubieran dos personas y se guardara la sana distancia”, dijo el sacerdote Luis Eduardo Beltrán Palomo
Cabe recordar que el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma y se caracteriza por la imposición de las cenizas que son un recuerdo de que la vida en la tierra es pasajera y que la vida definitiva se encuentra en el Cielo.
“El papa Francisco nos dice que la Cuaresma es como un volver a casa donde nuestro padre está pendiente, el sale a nuestro encuentro, el tomar la iniciática, no nos podemos convertir sino mediante la aceptación de ese amor del padre que sale a buscarnos, como el hijo prodigo que había estado mal gastado y dijo me levantaré”.