Literalmente quedaron atrapados, sin poder moverse, sin comida y sin agua porque en Cintalapa no tienen, pero la gente no los abandonó
El circo Franzatti con una historia de 41 años llegó a Cintalapa sin saber que de ahí ya no podría salir.
Varado por la pandemia, se tuvo que quedar enfrentando la carente situación económica. Urivercel García Vértigo cuenta cómo le están haciendo para salir adelante.
El circo cuenta con unas 30 personas, entre ellos niñas y niños de 12 y 13 años de edad, son de originarios del estado de Oaxaca, pero siempre están viajando.
Tenían una ruta de trabajo en todo el estado de Chiapas, venían de Chahuites y posteriormente estuvieron en las costas como en Huatulco, Puerto Escondido y después estarían en Tuxtla Gutiérrez, a donde ya no llegaron.
El Ayuntamiento de Cintalapa les ordenó ya no moverse por la pandemia del coronavirus pero tampoco les otorgó garantías para quedarse.
El municipio que preside Francisco Nava mandó una pipa de agua que por las necesidades se acabó, pero la generosidad del pueblo les ha ayudado para asearse y beber.
A pesar de solicitar la condonación del pago de derecho de piso, éste no fue posible, por lo tanto estarán en Cintalapa y pagando hasta que pase la contigencia.
Ha sido el pueblo, que solidario, les ha llevado despensas y alimentos, para que las 30 personas puedan enfrentar la pandemia por el coronavirus.
Urivercel García asegura que nunca habían pasado una situación similar, quizá lo más cercano fue la influenza AH1N1, pero fue un lapso muy rápido, del cual pudieron recuperarse de inmediato.