El martes 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental con el propósito de concientizar a la sociedad sobre los problemas mentales y sensibilizar y cambiar nuestra forma de tratar a personas que padecen dichas enfermedades.
Dicha fecha fue instituida por la Organización Mundial de la Salud y este año el lema es “La salud mental en el trabajo”, ya que según la OMS los problemas de salud metal impactan directamente en los centros laborales a través del aumento del ausentismo, la reducción de la productividad y el aumento de los costos de atención de la salud. Sin embargo, el estigma y la falta de conciencia sobre la salud mental persisten como barreras para abordar estos temas.
En el mundo hay más de 400 millones de personas que sufren trastornos mentales o neurológicos. Algunas enfermedades mentales más comunes son: esquizofrenia, depresión, alcoholismo, epilepsia y alzheimer.
Según la OMS la depresión ocupa el tercer lugar de las causas de enfermedad, siendo de mayor frecuencia en los países de ingresos medios, como México y que, de no actuarse, en 2030 se estima que será la primera causa de morbilidad.
En lo que refiere a nuestro país la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México indica que el 28.6% de la población adulta padecerá algún trastorno mental alguna vez en su vida, estando entre los tres más relevantes los trastornos de ansiedad (14.3%), por consumo de sustancias (9.2%) y afectivos (9.1%).
En lo que refiere a la depresión en nuestro país al menos el 9 por ciento de la población padece depresión, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que reportó que, en 2011, ocurrieron cinco mil 718 suicidios a causa de este padecimiento, teniendo mayor prevalencia en el género masculino. En tanto el 9.2 padece problemas de alcoholismo.
Por otra parte, el suicidio es la cuarta causa de muerte en hombres y la tercera en mujeres. De hecho, hay un exceso de mortalidad en las personas con trastornos graves, aparte de que fallecen a edades cada vez más tempranas.
Los problemas mentales no solo dañan a quien lo padece, y es que sus familiares sufren los efectos de cada patología, por lo que la salud mental debe ser prioridad para la ciudadanía.