
A cuatro años de la desaparición del Conejobús, los socios aún no han recibido su dinero, mientras que las promesas de modernización del transporte público en Tuxtla Gutiérrez siguen pendientes.
En noviembre de 2024 se cumplirán cuatro años desde que la Secretaría de Movilidad y Transporte de Chiapas implementó un programa emergente de transporte público tras la abrupta desaparición del Conejobús, un sistema de transporte urbano que, en su momento, fue presentado como la solución a las necesidades de movilidad de los habitantes de Tuxtla Gutiérrez.
El cierre intempestivo en 2020 dejó una estela de promesas incumplidas, una deuda millonaria con sus socios y un servicio de transporte que, lejos de mejorar, ha enfrentado múltiples deficiencias.
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