En 2021, el decano de la Universidad Salazar denunció a su propio hijo por ‘deshonesto’, el caso está ‘traspapelado’ en algún escritorio. En Chiapas no proceden ni los amparos federales
El 31 de diciembre de 2021, el fundador del Instituto de Estudios Superiores de Chiapas (IESCH), Universidad Salazar, Emilio Salazar Narváez, echó públicamente a su hijo, el exdiputado Emilio Salazar Farías de la empresa familiar. Lo acusó por ‘deshonesto’ y que quería quitarles el patrimonio -a sus padres-.
Días después -enero de 2022- Salazar Narváez anunció que Salazar Farías también había sido excluido de la Universidad Salazar de Tapachula y ante sus acusaciones, le refutaba “no estoy senil”.
Semanas después de las mencionadas declaraciones, el fundador fue echado de la administración de la institución por su vástago. El hecho se suscitó de madrugada y en un contexto de violencia.
Salazar Narváez cumplió 83 años despojado, sin terrero y sin negocio y acusó que “en Chiapas vuelven lento el proceso para que la ley pueda aplicarse con justicia”.
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Pasados 17 meses, Emilio Salazar Narváez -una vez más- reclamaba que en Chiapas “nada procede si es en contra del exdiputado; el problema es que es inteligente -su hijo- y corrompe a las autoridades”.
Por cierto que, en junio de 2019 la disputa familiar por la propiedad del IESCH iniciaba cuando los hijos del extinto Federico Salazar Narváez (también fundador), retomaron el control de la administración derecho que se les había sido relegado.
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Los hermanos Julio y Federico Salazar Farías, ordenaron entonces auditorias drásticas pues temían desfalco millonario en perjuicio de socios y de la Universidad.