Los kolemal max tocan y danzan sobre esa colina en el corazón de El Romerillo, ahí están sus difuntos, ahí es el panteón y el Día de Muertos es día de recuerdos y de fiesta.
Esas 22 cruces gigantes representan 22 comunidades y parajes de San Juan Chamula, que tienen autoridad para enterrar a sus difuntos en ese cementerio. El 1 de noviembre lucen esplendorosas entre la niebla de la mañana y los cientos de flores de cempasúchil que las engalanan.
El panteón de El Romerillo goza de una particularidad, ahí no se permite la construcción de tumbas de cemento o ladrillos; aquí las cruces se incrustan en la tierra y frente a ellas descansa una tabla, donde alguna vez posaron los restos del difundo durante la velación.
Otro elemento fundamental ahora, que se agregó con el cambio en la dinámica cultural, es el refresco; ahí se puede ver que en la ofrenda, junto a las cruces, hay botellas de Coca Cola para honrar la memoria del muerto.