El Perro Negro, el oasis de #Chiapas
Son los mejores camarones al mojo de ajo, que truenan cuando se llevan a la boca con un toque de mayonesa. Pero que lo superan los que son a la crema con su aguacate.
Pero que lo superan los que son a la crema con su aguacate.
Que si le antecede un caldo de mariscos no cae nada mal, que bien sirve para el mal posterior a las cervezas.
Quienes saben dicen que acá se come el mejor macabil tanto que solo dura una hora en el menú, pero también la mejor hueva, que se sirve recién salida de la sartén, solo superado por este crujiente pescado al mojo de ajo o si se trata de algo más general una ensalada.
Para la familia hay charolas, abundantes, muy abundantes, que lleva el platillo ideal para los que no comen marisco: unas costillas.
Es el Perro Negro, el oasis de Chiapas.
Está en la zona caliente del estado, en Tonalá, donde los 35 grados centígrados son una constante.
Ahí, entre Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, resulta un gozo detenerse a degustar de las delicias del mar.
El Perro Negro es historia y tradición, fue inaugurado por María Guadalupe Ortiz Laguna el 16 de marzo d 1985, así nació:
Roberto Ochoa Ortiz
Nieto del Perro Negro
“EMPEZÓ COMO UN PEQUEÑO LOCAL
APELLIDABA OCHOA LÓPEZ”.
El es el Perro Negro, conocido en todo Tonalá, era trabajador del Servicio de Agua Potable Municipal, por esa fama, la cervecería mudó de nombre.
“LO FUNDAMENTAL DEL NEGOCIO
REALIZAMOS ACÁ”.
Este negocio de 37 años es ahora liderado por las hijas de doña Lupita y don Manuel, el Perro Negro. Ellas son Manuela y Roxana Ochoa Ortiz.
Roxana se metió a la cocina desde los 12 años, aseguró que es una labor pesada, está frente al fuego todos los días, porque abren de lunes a domingo a partir del mediodía.
“A LA GENTE
O SI REGRESAN IGUALMENTE”.
En el Perro Negro se come con totopos, es otra característica, y una más, que aquí se ambienta, con el talento local.