“A mí me da miedo quedarme en casa y morirme de hambre”, dice Catarino, un hombre ciego que con su música se gana la vida
En una de las bancas del Parque 5 de Mayo de Tuxtla Gutiérrez se encuentra Catarino López, un hombre de más de 65 años, que pese a que forma parte de uno de los grupos vulnerables de la pandemia del COVID- 19 tiene que salir de casa para conseguir el sustento del día.
Con preocupación y desesperación el hombre que porta pantalón y chaleco café y camisa amarilla cuenta un par de monedas, se frota los ojos y voltea a ver al cielo cómo esperando un milagro.
Me acerco y le preguntó si necesita algo, de inmediato voltea a verme y me pregunta: ¿Cuánto dinero tengo? Volteo a ver sus manos y le contesto: tiene cuatro pesos.
En seguida se levanta de la banca y comienza a buscar en el piso, pues asegura que una señora le había dado cinco pesos.
Con el rostro triste, Don Catarino vuelve a sentarse, toma su guitarra y me dice: “ya empecé mal el día. Perdí mi pesito porque ya casi no veo. Este ojo – el derecho- ya no ve nada, y el otro poquito, todo por la catarata”.
La búsqueda fue infructuosa, sin embargo comenzamos una charla que duró escasos ocho minutos, los necesarios para saber que Don Catarino se ha dedicado desde hace 50 años a la música.
De joven era marimbista, pero ahora toca en los mercados públicos de la capital chiapaneca esperando que los marchantes mientras hacen el mandado le regalen unas monedas; al día saca entre 70 y 80 pesos, pero cuando la suerte le apremia llega a ganar hasta 150.
Don Catarino es padre de seis hijos, y aunque asegura que sí recibe apoyo de su familia cuenta que se mantiene solito, por lo que al preguntarle si iba a seguir la indicación de quedarse en casa durante la cuarentena me respondió: “Ay hijita, pero cómo. La gente como yo no tenemos la posibilidad, por eso salgo. Está duro porque a mí el gobierno no me ayuda y, pues tengo que buscar para mi comida”.
De la nada, Don Catarino me pregunta la hora, le digo que son las 12:00 del día. Tras escucharlo se levanta rápidamente de la banca, toma su guitarra y me dice: ya me voy debo ir al mercado a tocar, casi no hay gente porque tienen miedo del virus.
Antes de que partiera quise entregarle mi pequeño frasco de gel antibacterial y un par de cubre bocas, don Catarino comenzó a sonreír y me dijo: “quédatelo tú o dáselo a alguien que sí tengo miedo a enfermedades, a mí lo que me da miedo es quedarme en casa y morirme de hambre”.
Los adultos mayores que laboran en empresas o dependencias podrán contar con una licencia para dejar de laborar mientras esté la contingencia del COVID- 19, sin embargo don Catarino no forma parte de este sector, además tampoco es beneficiado con las pensiones del gobierno federal por lo que él no podrá seguir la cuarentena.