Desde niña, Doña Guadalupe Cortés llegaba al Mercado 5 de Mayo a vender pozol. Acompañaba a su madre Petrona Chandomí , quien fue una de las vendedoras pioneras de la bebida típica del estado.
Hoy, su local es de los más concurridos, y es que los tuxtlecos saben reconocer el sabor de un buen pozol, además que Doña Guadalupe se asegura de que todo esté limpio, y al igual que las demás vendedoras ofrece manguito, cacahuate y pepino con chile para acompañar la bebida.
Aunque ella llega a su local alrededor de las 6:30 am, su día comienza a las 03:00 de la mañana cuando pone a dorar el cacao, y a las 5 de la mañana todo debe estar en el molino para que una hora más tarde comience la venta.
“A las 6:30 tenemos que estar acá porque entregamos maza para gorditas, empanadas o los que re venden nuestro pozol. Además desde temprana hora los que descargan producto ya nos piden su jícara”.
Los precios son económicos, hay pozol de 12 y 15 pesos, y pesado que tiene un costo de 20 pesos, con el que aseguran que si logran tener ganancias significativas.
“La gente que viene de fuera compra pozol en Chiapa de Corzo, pero la verdad es que el sabor de nuestro pozol es más rico, más limpio y más económico.
La gente de Tuxtla lo sabe, por eso este pozol es de su preferido, y gracias a Dios las seis mujeres que vendemos pozol en el 5 de mayo tenemos buena clientela”.
Si es un día de buena venta, Doña Guadalupe termina su jornada a las 03:00 de la tarde, sin embargo hay días en los que acaba hasta las 05:00 de la tarde, sobre todo en fechas de vacaciones en la que las ventas bajan un poco.