
Solo dos baños portátiles para cientos de migrantes: condiciones insalubres en las calles, donde niños y familias sobreviven sin atención ni servicios básicos.
La situación en las colonias San Francisco y Potrero Mirador, en los alrededores de las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM), ha alcanzado un punto crítico. Decenas de familias migrantes han quedado en las calles sin los recursos básicos para cubrir sus necesidades, lo que ha generado una crisis sanitaria sin precedentes en la zona. La falta de respuesta efectiva por parte del INM ha dejado a cientos de personas en situación de vulnerabilidad, lo cual preocupa a los vecinos, quienes denuncian que los servicios proporcionados no son suficientes para las personas que esperan la resolución de sus trámites migratorios.

Crisis sanitaria sin precedentes
Uno de los problemas más alarmantes es la falta de infraestructura básica para atender a la población migrante. Actualmente, solo hay dos baños portátiles en toda la zona, los cuales deben ser compartidos por cientos de personas. Esta insuficiencia ha provocado que muchas familias recurran a alternativas precarias para satisfacer sus necesidades, convirtiendo las calles en un lugar de riesgo sanitario. Migrantes de todas las edades, incluyendo niños pequeños, han sido vistos lavando sus platos y ropa con agua de lluvia y aprovechando la misma agua para asearse, ante la falta de un sitio adecuado donde hacerlo. Sin acceso a instalaciones higiénicas suficientes, el riesgo de enfermedades y la proliferación de malos olores aumentan día a día, afectando la calidad de vida de los vecinos y de los mismos migrantes.

La situación de los menores en la calle
El panorama es aún más preocupante cuando se observa la situación de los niños. Sin un lugar seguro para dormir, varios bebés y menores de edad pasan las noches al aire libre, expuestos al frío, la lluvia y la inseguridad de las calles. Madres y padres, desesperados por brindar algún tipo de refugio a sus hijos, improvisan camas en el suelo con lo que tienen a mano, mientras que otros tratan de mantener a sus familias juntas y seguras en medio de las difíciles condiciones. Los vecinos expresan su angustia al ver a los menores sin acceso a servicios básicos ni a ninguna forma de atención.

La comunidad exige una respuesta
Los habitantes de San Francisco y Potrero Mirador han solicitado en repetidas ocasiones al INM que tome cartas en el asunto, sin recibir una respuesta que resuelva la situación. Los vecinos aclaran que no están en contra de la presencia de migrantes en la zona, sino que exigen que el Instituto Nacional de Migración cumpla con su responsabilidad de proveer soluciones dignas tanto para las familias migrantes como para la comunidad que los acoge. Además, piden que se establezca un programa de atención que incluya servicios básicos suficientes, sanitarios adecuados y espacios seguros para que los migrantes puedan pernoctar mientras esperan sus trámites.

Urge intervención de las autoridades
Ante la falta de acción del INM, la situación sigue deteriorándose y amenaza con desbordarse aún más. La comunidad hace un llamado a las autoridades para que intervengan de inmediato y solucionen esta crisis sanitaria. Los vecinos resaltan que no solo se trata de una cuestión de convivencia, sino de una emergencia humanitaria que requiere atención prioritaria.



























