
En la Selva El Ocote, la cascada El Aguacero enfrenta deterioro por falta de mantenimiento. Escaleras y puente en mal estado, ausencia de señalización y basura amenazan a este atractivo de Ocozocoautla, pese a que se cobra entrada a visitantes.
La cascada El Aguacero, una de las joyas naturales más impresionantes de México, ubicada en la Reserva de la Biosfera Selva El Ocote, en Lázaro Cárdenas, localidad de Ocozocoautla de Espinosa, atractivo, famoso por su caída de agua que se fragmenta en fina brisa al chocar con las rocas, enfrenta un grave deterioro por la falta de mantenimiento y vigilancia.
El lugar recibe a visitantes que deben descender y ascender 700 escalones, muchos de ellos con barandales rotos y sin medidas de seguridad. El sendero, que incluye un puente, muestra un evidente deterioro y carece de señalización, lo que incrementa el riesgo para los turistas.
En el lugar no existe un módulo de información ni de atención, y el único baño disponible es una estructura antigua cuya tubería descarga directamente en el río.
La ausencia de supervisión ha derivado en acumulación de basura, ya que no hay personal que vigile o promueva el cuidado del entorno, pese a que se cobra una cuota de entrada.

















