
En Chiapas, donde la ausencia duele y la incertidumbre pesa, utilizarán datos biométricos en la identificación de personas desaparecidas.
En Chiapas, donde la ausencia duele y la incertidumbre pesa, un nuevo acuerdo busca dar un paso hacia la justicia y la verdad para quienes buscan a sus seres queridos: el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas firmaron un convenio de colaboración que permitirá el uso de datos biométricos para la identificación de personas desaparecidas, no localizadas o fallecidas.
Hasta abril de 2025, la Colectiva de Madres en Resistencia ha documentado alrededor de 2 mil 220 casos de desaparición en el estado, y ha denunciado reiteradamente las fallas en las investigaciones, así como la revictimización que enfrentar en su lucha por encontrar a sus familiares.
Por su parte, Amnistía Internacional ha sido enfática: más de 127 mil personas desaparecidas en México no son una cifra, son vidas, familias, historias. Negar la desaparición forzada, añade, es invisibilizar a las víctimas, deslegitimar la lucha de las familias y perpetuar la impunidad.
En este contexto, el INE aportará su sistema de identificación biométrica —incluidos el Automated Fingerprint Identification System (AFIS) y el Automated Biometric Identification System (ABIS)— para comparar huellas digitales y otros rasgos con los datos de la base del padrón electoral, que durante décadas ha perfeccionado su confiabilidad.
“El INE, con el objetivo de tutelar el derecho humano de la personalidad previsto en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ha colaborado con distintas autoridades en la identificación de cadáveres o restos humanos que contienen huellas biométricas susceptibles de ser analizadas”, explicó Claudia Rodríguez Sánchez, titular del INE en Chiapas.
Desde la Comisión Estatal de Búsqueda, su directora Guadalupe Elizabeth Santiago Ballinas reconoció que la colaboración llega tras múltiples solicitudes: “Agradezco de antemano esta apertura, porque ya tenía bastante que la veníamos buscando; la verdad es que este cruce de información será de gran utilidad”.
Los datos biométricos del INE se convierten así en una herramienta clave para reducir la incertidumbre y aportar certeza jurídica y emocional a las familias. Para muchas, el cierre emocional depende de una huella, una coincidencia, una identificación oficial que les diga dónde están sus desaparecidos.
















