
La pandemia aceleró la crisis en el sistema de movilidad, dejando rutas suspendidas por más de cinco años.
El impacto de la pandemia de COVID-19 en el transporte público de Tuxtla Gutiérrez fue devastador. Concesionarios y usuarios se vieron afectados por la suspensión de rutas, la quiebra de empresas y la disminución de la movilidad urbana. Hoy, cinco años después, el sistema sigue sin una solución definitiva.
¿Cómo afectó la pandemia al transporte en Tuxtla?
Desde el inicio de la emergencia sanitaria, el confinamiento y la reducción de actividades económicas provocaron una caída en la demanda del transporte público. La falta de ingresos llevó a la suspensión de rutas y al cierre de empresas transportistas.
- Año de impacto: 2020 en adelante.
- Rutas afectadas: Varias, incluyendo las rutas 1 y 2.
- Consecuencia principal: Quiebra de empresas y suspensión de servicios.
- Tiempo sin operación: 5 años en algunos corredores.
- Impacto en usuarios: Menos opciones de movilidad y mayor tiempo de espera.
Un sistema que no logró recuperarse
A pesar de la reactivación progresiva de la economía, el transporte público en Tuxtla no ha vuelto a los niveles previos a la pandemia. La falta de inversión en unidades modernas y la inestabilidad financiera de los concesionarios han impedido una recuperación completa.
¿Qué medidas se están tomando?
La Secretaría de Movilidad y Transporte ha implementado programas de apoyo a concesionarios y la reactivación de rutas suspendidas, pero aún no se ha anunciado un plan integral para modernizar el sistema y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.


























