Venir a Cacahoatán y no disfrutar de un bolillazo, es como no venir.
En esta torta se resume el Soconusco de Chiapas: sobre la telera van los frijolitos refritos, quesillo y crema, mucha crema; pero también lleva queso panela y después la magia, platanitos fritos. Un manjar.
Doña Verónica Cancino, propietaria de El Bolillazo de Vero, contó que esta torta surgió a petición de una clienta, quien pidió que le vendieran una telera con crema y queso; ella, antes, vendía este tipo de productos por separado.
Aquí es Cacahoatán, muy cerca de Tapachula, forma parte de la Ruta Rambután-Tacaná; y es aquí donde se puede probar esta delicia, que nació a petición de la misma ciudadanía y que como reza su dicho, todo cabe en un bolillazo, sabiéndolo acomodar.
Lo que comenzó como una petición hace siete años fue evolucionando y hoy por hoy es un éxito que ha traspasado Cacahoatán, con sucursales en Tapachula y que cada día producen.
El bolillazo es marca registrada y doña Vero, orgullosa, asegura que este lugar es atendido en su mayoría por mujeres.