Fue hace ocho años cuando Diana Ramírez recibió una de las las peores noticias de su vida: su hija Kim de apenas un año y 10 meses había muerto.
El motivo de la muerta de la pequeña en la guardería Pasitos de colores, conmocionó a la familia y a todo Chiapas.
Ahí empezó el calvario de Diana Ramírez, ella pedía y pide justicia. Como resultado dos docentes encargadas de la educación de la niña fueron aprehendidas, pero ahora gozan de su libertad.
Diana aprovechó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Chiapas, habló con él, le entregó una carta y espera que se logre una orden de reaprehensión.
El caso de Kim viene a la memoria por los hechos ocurridos con Damián, el niño acaecido en la guardería Pinguin & Babe el 7 de febrero, que cayó a la alberca por descuido del personal directivo y docente. Diana, tuvo la oportunidad de practicar con sus padres.