Tziqueté, la flor hecha collar para las mujeres de Tuxtla
A las mujeres de Tuxtla Gutiérrez se les puede ver desde abril y hasta julio con un elegante collar, que no está hecho ni de oro ni de plata, es a base de una flor, una muy pequeña pero colorida: de tziqueté.
Mari Hernández lleva 30 años elaborándolos y vendiendo las flores que la tierra de Tuxtla ofrece. Le enseñó su madres doña María Luisa y en su familia es toda una tradición su elaboración.
La colecta de la flor es un poco difícil, pues el árbol que se encuentra en las faldas de la capital tiene espinas. La elaboración es hacer guindas poniendo de frente las flores. Su venta es común en los mercados públicos de la capital de Chiapas.
Su precio es económico en comparación con el beneficio, 10 pesos y es que además, no es un collar de un solo uso, incluso seco perdura en su belleza y si se le dispersa agua, adquiere una nueva textura.
Se cuenta que este collar comenzó a hacerse entre las mujeres zoques para imitar las gargantillas de coral que usaban las personas de mayor poder adquisitivo.
También es usado como ofrenda en los santos que se adoran principalmente en las casas antiguas de la ciudad y entre tradicionalistas.