La historia de este joven de 20 años es por decirlo menos, cruel.
Sin trabajo y con las ganas de un espacio laboral y seguir estudiando la preparatoria, se dejó convencer por una persona que le ofreció la beca de Jóvenes Construyendo el Futuro y un extra, 300 pesos más cada semana, pero a cambio, tenía que entregar correos electrónicos y tarjetas. Aceptó.