
El penúltimo fin de semana de septiembre fue uno de los más violentos y dolorosos en Tuxtla y la entidad. El asesinato de Thalía, cuyo cuerpo desmembrado fue hallado en la capital, refleja omisiones acumuladas de gobiernos.
Tras un fin de semana marcado por la violencia, la Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó la detención de Ciro N, señalado como presunto responsable del feminicidio de Thalía del Rocío, de 31 años, cuyo cuerpo desmembrado fue localizado el sábado 20 de septiembre en la capital chiapaneca.
De acuerdo con la necropsia de ley, la causa de muerte fue una hemorragia aguda secundaria a una herida punzocortante en el tórax. El cuerpo de la víctima fue desmembrado después de ser asesinada.
El hecho generó indignación en distintos sectores. El obispo de Tuxtla, monseñor José Francisco González González, recordó las palabras de San Juan Pablo II sobre la importancia de la familia.
“El futuro de la humanidad se juega en la familia. Hemos visto con tristeza cómo la sociedad, tanto a nivel legal, como mediático y social, ha ido perdiendo el amor a la familia, se ha ido golpeando lo que es la institución básica del ser humano. El ser humano aprende a humanizarse precisamente en la cuna familiar”.
Por su parte, Sandra Aurora González Sánchez, presidenta del Pacto de Sororidad, calificó el fin de semana como “uno de los más violentos y dolorosos para Tuxtla y para Chiapas”. Señaló que el feminicidio de Thalía es el reflejo de omisiones acumuladas por parte de las autoridades.
“Esto que está ocurriendo no surgió de manera espontánea. Es el resultado de una serie de omisiones de gobiernos anteriores y también de la falta de estrategias emergentes en el actual”.
La ciudad aún resiente la conmoción. En menos de 48 horas, dos feminicidios se estremecieron a Tuxtla Gutiérrez: el de Thalía del Rocío y el de otra víctima en Real del Bosque. Detrás de cada caso quedan familias rotas, hijos e hijas en orfandad y una sociedad que insiste en gritar: “¡Ni una más!”.






















