Las precipitaciones del pasado 19 de septiembre provocaron el colapso de varios puentes en la vía de comunicación, dejando incomunicado el tramo Mapastepec–Tapachula y varados a cientos de viajeros.
Las intensas lluvias de la noche del viernes 19 de septiembre dejaron incomunicada la carretera Federal 200, conocida como la Carretera Costera. El colapso de varios puentes interrumpió por completa la ruta entre Mapastepec y Tapachula, cortando el acceso hacia la frontera sur.
El amanecer del sábado reveló la magnitud de los daños: cientos de vehículos quedaron varados, los hoteles de Mapastepec y Pijijiapan se saturaron y comunidades enteras permanecieron aisladas. Ante la emergencia, el Ejército improvisó un cruce con lazo sobre el río para permitir que las personas atravesaran un pastel.
Los viajeros provenientes de distintos puntos del país quedaron atrapados en la zona. Entre ellos, un grupo de turistas que regresaba a Tapachula desde Tijuana, quienes apenas llegaron se toparon con la interrupción total de la vía. “Gracias a Dios estamos bien, pero ya casi estamos a un paso de cruzar”, comentó uno de ellos mientras esperaba la oportunidad de avanzar.
Las afectaciones se extendieron a otros municipios. En Huehuetán, el número de viviendas dañadas pasó de 20 a 40 en pocas horas, mientras que el Puente de Hamaca colapsó y el camino alterno fue cerrado. La única ruta para llegar a Tuxtla Gutiérrez quedó por la Sierra, vía Motozintla, bajo condiciones de extrema precaución. El río Escobo alcanzó el 100 por ciento de su capacidad, lo que incrementó el riesgo de desbordamientos.
Los ríos Novillero y San Nicolás redujeron su nivel a la mitad, pero continuaron arrastrando árboles y destruyendo caminos. En el ejido Sesecapa, el puente Pakayal cayó y una camioneta cayó al vacío, dejando varias personas lesionadas. De igual forma, en Mapastepec se reportó el colapso del puente Tablazón I, en la comunidad de Ulapa, y daños en el puente San Nicolás.
Las autoridades municipales confirmaron que no se registraron pérdidas humanas en estos colapsos, pero advirtieron que los daños materiales eran severos y que el riesgo persistía. “La orden fue suspender el paso, porque las fuertes corrientes siguen socavando la base del puente. En cualquier momento podría ceder lo que aún queda en pie”, informó personal de Protección Civil.
Habitantes de comunidades afectadas narraron momentos de desesperación. “Cruzamos porque el puente estaba colapsado y nos ayudó parte del Ejército y de la Marina. Nos pasamos con un lazo, pero está muy complicado”, relató Darinel de León, vecino de Acapetahua.
La emergencia dividió a la Costa de Chiapas y dejó al descubierto la vulnerabilidad de la infraestructura carretera ante fenómenos naturales. Más allá de los caminos destrozados, el temporal alteró la vida de miles de personas que perdieron la calma de sus hogares bajo el peso del agua.
