
Expertos advierten que estas aves requieren dietas y cuidados específicos, y mantenerlas en cautiverio pone en riesgo su conservación.
El tráfico ilegal sigue siendo una de las principales causas de la disminución de poblaciones de loros y guacamayas en Chiapas. Estas aves, conocidas por sus vivos colores y su capacidad para imitar palabras, son altamente codiciadas como mascotas, lo que las coloca en una situación crítica de conservación.
Entre las especies más afectadas están la guacamaya roja (Ara macao), la guacamaya verde (Ara militaris), el loro de cabeza amarilla (Amazona oratrix) y el loro de nuca amarilla (Amazona auropalliata). De acuerdo con María Imelda González López, especialista en aves, “estas especies son las más perseguidas por su coloración y facilidad para imitar palabras, lo que las hace muy atractivas en el mercado ilegal”.
El problema no se limita a la captura ilegal, muchas personas que adquieren estas aves desconocen los cuidados que requieren. Además de semillas, su dieta debe incluir frutas, verduras y alimento balanceado especializado. “Mucha gente piensa que con tenerlas como mascotas ya les está dando todo el porvenir, pero no es así; son animales silvestres que dependen de una dieta estricta y cuidados veterinarios”, advirtió González López.
La especialista detalló que la falta de conocimiento sobre su alimentación puede provocarles enfermedades: “Al darles demasiadas semillas tienen problemas de hígado; si les damos pan o café, les dañamos el sistema digestivo. Eso provoca que muchas aves mueran antes de alcanzar su edad adulta”.
La guacamaya verde, dijo, es una de las más amenazadas en el estado: “Tenemos al único grupo en todo Chiapas”. Mientras que el loro de cabeza amarilla, por su habilidad para hablar, es el más buscado por traficantes y coleccionistas.
“Todos los loros pueden aprender a imitar palabras. Lo que para muchos es un atractivo, para estas aves significa persecución y riesgo de extinción”, concluyó.
Con poblaciones silvestres cada vez más reducidas, los expertos insisten en que adquirir y mantener a estas aves como mascotas contribuye directamente a su desaparición.














