El párroco Marcelo Pérez Pérez había recibido amenazas de un grupo armado que opera desde Pantelhó y Chenalhó hasta San Cristóbal de Las Casas. Exigía justicia y paz para Chiapas.
La Iglesia Católica en Chiapas vivió un momento de dolor y consternación tras el asesinato del padre Marcelo Pérez Pérez, un ferviente defensor de la paz y los derechos humanos en la región.
El pasado domingo 20 de octubre, después de oficiar misa en la iglesia de Guadalupe del barrio de Cuxtitali en San Cristóbal de Las Casas, el sacerdote fue ultimado a balazos por sicarios que se desplazaban en motocicleta.
El padre Marcelo Pérez había sido objeto de constantes amenazas provenientes de grupos armados que operaban en zonas como Pantelhó y Chenalhó, extendiéndose hasta San Cristóbal. Su pastoral laboral y su compromiso con la justicia lo llevaron a involucrarse en causas de paz, como la Peregrinación de La Paz en Tuxtla Gutiérrez el pasado 13 de septiembre, donde fue entrevistado por el periodista Isaín Mandujano.
En esa ocasión, expresó su preocupación por la creciente violencia en el estado: “Por primera vez en la historia de Chiapas… la violencia no se aguanta” , dijo con voz de alarma.
Desde su llegada a Pantelhó el 26 de julio de 2021, un día después de la formación de la Autodefensa El Machete, el padre Marcelo se convirtió en un símbolo de resistencia y paz en medio de un contexto de inseguridad y corrupción. En un video de aquel tiempo, se le observa junto a uno de los líderes de la autodefensa, denunciando la falta de seguridad y la corrupción que afecta a las comunidades.
La noticia de su muerte ha generado reacciones de tristeza y repudio en la comunidad y en organismos internacionales, que se han unido para exigir justicia. “Consternación, tristeza y dolor… Es una acción lamentable”, declaró José Luis Espinosa Hernández, vicario general de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez.
En redes sociales, cientos de feligreses y simpatizantes despidieron al padre Marcelo, recordándolo como un incansable defensor de la paz y la justicia en Chiapas. Su legado quedará marcado en el recuerdo de quienes lo consideraban un verdadero pastor en tiempos de oscuridad.
