
Desde 2018, Chiapas enfrenta una creciente crisis de desapariciones, con 115 casos en 2023 y 105 en lo que va de 2024. El problema sigue aumentando.
Desde 2018, Chiapas ha registrado un aumento en los casos de desapariciones, especialmente entre la población joven. Según datos recopilados por Red Lupa, el fenómeno comenzó a agudizarse a partir de ese año, coincidiendo con un período de creciente inseguridad en la región.

Entre 2018 y 2021, se documentaron 300 casos de desapariciones. Sin embargo, los números se dispararon en los años siguientes. En 2022, se reportaron 110 casos, de los cuales el 70 % correspondía a jóvenes menores de 25 años. El año 2023 vio un ligero incremento, alcanzando los 115 casos, manteniendo la tendencia de que la mayoría de las víctimas son jóvenes. Para 2024, hasta el momento, se han registrado 105 casos, una cifra que podría aumentar antes de que termine el año.
Los datos desglosados muestran que las desapariciones no solo han aumentado en cantidad, sino que también han afectado principalmente a sectores vulnerables de la población. De los casos documentados en 2022, 45 involucraron a mujeres jóvenes, muchas de ellas pertenecientes a comunidades indígenas. En 2023, el número de mujeres desaparecidas ascendió a 50, lo que representa casi la mitad de las desapariciones reportadas ese año. En 2024, el patrón se mantiene, con 48 mujeres jóvenes desaparecidas hasta la fecha.

Este fenómeno ha puesto de relieve la falta de recursos y la capacidad de las autoridades locales para abordar el problema de manera efectiva. Las familias de los desaparecidos han señalado que la respuesta institucional ha sido lenta y, en muchos casos, ineficaz. Desde la implementación de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada en 2017, las denuncias de inacción y la falta de resultados en las investigaciones han sido constantes.
Los años recientes han mostrado un patrón preocupante en la seguridad de Chiapas, donde los jóvenes, especialmente mujeres y miembros de comunidades indígenas, se encuentran en una situación de riesgo elevado. Organizaciones de derechos humanos continúan presionando para que se tomen medidas más efectivas y se destinen más recursos a la búsqueda y localización de personas desaparecidas.

Mientras las desapariciones sigan aumentando, las familias de Chiapas vivirán con la incertidumbre y el dolor de no saber el paradero de sus seres queridos, evidenciando una crisis que requiere atención urgente y soluciones concretas por parte de las autoridades locales y federales.



























