El morenista Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, estuvo en Chiapas y para ser ovacionado la gente fue acarreada, les dieron sándwich, refrescos y 200 pesos… como en los viejos tiempos.
Es más, a quienes acarrearon, ni saben quien es Adán Augusto.
-¿No saben a quién vinieron a ver?
-No nos informaron.
-¿No les informaron?
-No.
-¿Y por qué aceptaron venir?
-Porque nos obligaron a venir.
-¿Quién los obligó?
-Pues la representante de Artesanías.
-De Artesanías…
-Sí.
-Y pues si no venían, ¿qué les hacían?
-De hecho pagaron 200 pesos.
-¿Les pagaron 300 pesos?
-200.
-200 pesos… bien. ¿Usted sabe quién es Adán Augusto?
-No.
Después de los eventos que encabezó el encargado de la política interna de México y una de las corcholatas del presidente Andrés Manuel López Obrador, vino la hora del desayuno, sándwich y refrescos, como en los tiempos cuando gobernaba el Partido Revolucionario Institucional, el PRI.
A este festín no podían faltar las lonas, donde se publicita nombre y rostro, lo cual es violatorio de la Constitución, que en su artículo 134 dice que la propaganda gubernamental no debe incluir nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público.