Vivimos en una sociedad que ensalza la infancia idílica, de niños callados, sonrientes, que se “portan bien”.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- El tener un hijo y lo que conlleva su crianza es una responsabilidad y un compromiso, que en ocasiones por la misma situación que se vive, se ha sido visto como una carga, un peso. Muchos al pretender una familia, buscan una mejora constante en el ámbito laboral pero, haciendo a un lado lo que es la convivencia y las actividades en familia. Hoy los niños viven más una realidad virtual que familiar, la mayoría de los niños están ante dispositivos.
Según Aura Gutiérrez Aquino, psicóloga clínica, todo va desde la modernidad, el capitalismo, la globalización, los estilos de vida que se tienen. Actualmente la sociedad es cada vez más “líquida”, de relaciones efímeras, de soluciones rápidas; la situación económica también ha provocado que se esté más en el trabajo, o en un ámbito mas laboral, que en la convivencia en familia.
“Sí se ha desvirtuado mucho la situación de convivencia en la familia y eso da como resultado que hoy en día también los niños tengan más niveles de depresión y de acción suicida, muchas cosas que son importantes de valorar en este ego del adulto de ver por su crecimiento, de ver por sí mismo y hacer a un lado esta parte familiar.”
De acuerdo con la Organización Red de Trabajadoras Sociales Violetas, en un país donde un 63% de las infancias viven violencia sistémica reiterada en todos los niveles, necesitamos cerrar espacios a discursos de odio que legitimen la violencia y lastimen a la niñez.
“En esta sociedad es más fácil adoptar un perrito, un gatito en la calle que a un niño y aunque me encantan los animales, es importante ser más coherentes con nuestros ideales. Muchas personas en la actualidad dicen que tener hijos es ser egoístas, porque el mundo está mal, porque hay muchas situaciones complicadas en la vida pero, yo creo que también desde esa perspectiva es importante decir “bueno, ¿qué estoy haciendo yo por el mundo para que sea mejor?”, no puedo decir que el mundo está mal y no hacer algo por él”, dijo Gutiérrez Aquino.
Esther Vivas, periodista y colaboradora con la red Grl Pwr, define la niñofobia como una discriminación de la infancia que va más allá de prohibir la entrada de niños y niñas en restaurantes u hoteles, se trata también de una mirada de la sociedad que no tiene en cuenta las necesidades de la infancia. “Se considera que la infancia es molesta, incómoda, hay en esto una profunda hipocresía; vivimos en una sociedad que ensalza la infancia pero, la idílica de niños callados, sonrientes, que se “portan bien”. Pero, cuando estos niños gritan, lloran, juegan, hacen ruidos, corren, se mueven, entonces molestan.”
Finalmente, la psicóloga clínica Aura Gutiérrez Aquino, resalta la importancia de crear un ambiente de sana convivencia.
“Ahorita, en la modernidad muchos lugares tienden a prohibir entrada a los niños con tal de no interrumpir o perturbar la tranquilidad de las personas pero, incluirlos en una sociedad con niños, aprender a disfrutarlos en sus diferentes edades y en sus diferentes etapas, es parte de un bien de nosotros. Por eso es importante respetarnos en todas las edades, incluirnos.”