La cultura zoque ha resurgido desde las cenizas en los últimos años, gracias al apoyo invaluable de personas que han dejado el alma para que “el costumbre” no muera y siga haciendo vibrar a los tuxtlecos.
Una de estas personas es el maestro de baile, Cecilio Hernández, un hombre que abre las puertas de su casa, ubicada en el Barrio Los Milagros para que decenas de zoques de la capital chiapaneca sigan con las tradiciones.
Don Cecilio, se cataloga como músico de oído, pues comenzó a tocar la guitarra a la edad de ocho, cuando su padre estaba en una procesión, y él de niño tuvo que tocar tratando de imitar los ritmos que tocaba su padre, viendo la posición de los dedos.
Su forma de tocar dejó cautivados a todos y por el reconocimiento que tuvo comenzó a tocar en los eventos de los zoques, y así fue como se hizo músico.
Don Cecilio, quien ya ha sido “prioste” y “albacea”, toca la guitarra, el tambor y elabora ramilletes y somé, además es el encargado de hacer la casita para celebrar la tradición conocida como “la robadera”.
Cecilio Hernández, es uno de los hombres más reconocidos de la cultura zoque de Tuxtla Gutiérrez, es un promotor incansable de esta cultura, que para él es una herencia, ya que fueron sus padres y abuelos grandes danzantes y músicos, a quienes él solo trata de corresponder el tesoro que le dieron al nacer en una familia zoque.
