Don Rodolfo Pérez recordó a su hijo quien este año cumplirá seis años de fallecido. El causante de este dolor fue el cáncermieloblástica aguda, quien le gañó la batalla a su segundo hijo de 14 años de edad, Rodolfo Pérez, originario de Las Margaritas.
“Tal parece que el cáncer solo le da a los niños pobre”, lamentó don Rodolfo Pérez mientras sus ojos se llenaban de lágrimas al recordar la lucha de un año que vivió su hijo, quién en noviembre del 2012 murió bajo condiciones precarias.
Rodolfo Pérez López soñaba con ser algún día médico, para ayudar a curar a los niños que pareciera cualquier tipo de cáncer y animarlos a luchar por la vida, ya que durante su estancia en el Hospital de Especialidades Pediátrica (HEP) vio que no era el único que enfrentaba una batalla.
“Las aspiraciones, sus sueños, sus risas, su llanto, sus ganas de ser una persona sana se fueron en esa caja de madera aquel 12 de noviembre, cuando Dios decidió que lo libraría del sufrimiento”, aseguró su papá.
Don Rodolfo se llevó la mano a la cara, las lágrimas ya eran imposibles retenerlas. Sacó una servilleta, suspiró y decidió continuar contando lo difícil que fue ayudar a su hijo a luchar contra una enfermedad “cruel y despiadada”.
Recordó que aquel noviembre del 2011, cuando le iniciaron los dolores de rodillas, codos, dolor estomacal y la falta de apetito, lo cual alarmó a sus padres, quienes de inmediato lo llevaron a revisión médica. A los pocos días le confirmaron la presencia del cáncer en su cuerpo.
Fueron más de cinco quimioterapias, lo cual provocó la pérdida total de su cabello, vómitos y la pérdida del apetitito. Se notaba en poco tiempo que había bajado considerablemente de peso.
Por un periodo, la esperanza retornó cuando una de sus tres hermanos fue compatible para donar la medula ósea, por ello el trasplante se llevó a cabo en la Ciudad de México en el Hospital Infantil de Oncología Siglo XXI.
Pero todo se complicó, el trasplante en lugar de ser benéfico, resultó ser una bomba de tiempo, su cuerpo no reacción favorable para curar el cáncer. El retroceso inició de manera acelerada.
El médico que atendió a Rodolfo fue sincero, enfatizó don Rodolfo, las posibilidades de vida para su hijo ya eran mínimas. Lo que continuaba-por muy duro que sonara- era darle una muerte digna.
Y así fue, sus últimos días estuvo rodeado de la gente que lo quería, familiares y amigos, quién siempre mantuvo una sonrisa hasta el último día de su vida, hasta el momento en que el cáncer venció a Rodolfo.